Manuel Avila
De ciclista y peleador callejero salió Erasmito Brito a la cría de gallos de pelea y se convirtió en el mejor armador de espuelas de toda la comarca de Nueva Esparta. Erasmito con su navaja marca corneta hizo magia para poner a ganar gallos que lucían inferiores en categoría porque sabía colocar las espuelas y terminó siendo el fabricante de espuelas de parape y cacho e’ chivo más reconocido de Los Robles y los pueblos galleros de Margarita. Su fama de gallero llegó hasta Guarico y más allá de Maturín y Caripito. También fue barbero de lujo ya que de tantos cortes que le hacía a los gallos de pelea desarrolló una habilidad importante a la hora de cortar el cabello a los pobladores de Los Robles.
El hijo de Erasmo Brito y Cruz María fue un muchacho inquieto, despierto y avispado como lo conocían para la época por sus habilidades y destrezas para realizar oficios que estaban destinados a los mayores. Erasmito es parte de una familia grande en dimensiones. Entre sus hermanos destacan Chuito, Gustavo, Frank Luís, Henry, Crusanto. Orlando (Bullón) y Auristela que era fue la única hembra de la camada Brito-Avila. Fueron hijos criados con mucho sacrificio por Cucha que adoraba a sus hijos que hicieron sus travesuras como todos los muchachos de pueblo y a los cuales castigaba Erasmo con su carácter de hombre duro a veces hasta con una cabuya como látigo para controlar la mala conducta de sus hijos. A Chuito el destino lo convirtió en especialista de tráfico aéreo para hacer vida en el aeropuerto de Maiquetía, donde fue reconocido como uno de los grandes del tráfico aéreo de Venezuela. Gustavo se graduó de técnico en refrigeración en la antigua Técnica Industrial y se convirtió en uno de los grandes fabricantes de plantas de hielo del país. Fue a parar a Guiria donde tiene su cuartel general que incluye farmacia, gallera y planta de hielo. Frank Luís se graduó de maestro normalista y realizó su vida magisterial en La Guaira donde llegó a director de escuela y en Los Robles fue Prefecto de Los Robles durante 8 años dejando una huella grande de su Don de mando. A Henry le correspondió ser barbero y de eso vivió en La Guaira y Cumaná. El primo Crusanto también se desarrolló en la torre de Control entre Margarita y Maiquetía, pero últimamente estuvo de Gerente de Operaciones en el Hospital “Luís Ortega” de Porlamar de donde salió jubilado. A Orlando le correspondió trabajar en el departamento de tributos internos de la Alcaldía de Mariño en las gestiones de Pedro José Velásquez y Eligio Hernández de donde salió jubilado y a Auristela la única hija hembra, ya fallecida que fue maestra de escuela reconocida en la región. Y el primo Erasmito Avila, el más travieso de la familia que devino en barbero, fabricante de espuelas y hasta contratista en otros tiempos.
A Erasmito lo conocí como ciclista de los mejores que con su bicicleta de paseo realizó grandes faenas ciclísticas al lado de Nelly la de Guiña en los tiempos del Chato y Pedro Cartaya. Era más lo que perdía que lo que ganaba, pero su bicicleta siempre la tenía impecable y trabajaba para ello en cada momento del día.
Entrenaba Erasmito muy duro para sus carreras de bicicletas de paseo que se realizaban por los pueblos de Margarita y que concentraba a los pobladores de los pueblos de Margarita para aupar a sus pupilos. Era un guerrero del pedaleo que subiendo cuestas era de los mejores y batalló muy duro con el Chato y con Nelly la de Guiña que también compitió en carreras de bicicletas donde acumuló varios trofeos por su grandes dotes para la actividad de la ruta. Daba gusto ver a los pilarenses en las calles esperando desde temprano los clásicos ciclísticos y eso que vemos en la televisión en competencias mundiales lo veíamos en Margarita, donde al grito de ahí viene la carrera eso obligaba a a todo el pueblo a asomarse a las calles para ver pasar la caravana multicolor de ciclistas. No faltaba siempre un mamador de gallo como Nato Guerra o Rolman Rosas que decían ahí Erasmito escapado y eso motivaba más al pueblo a salir a esperar el paso de los ciclistas.
A Erasmito se le metían las muchachadas en la cabeza y una madrugada cualquiera le ponía una sirena a la bicicleta para con sus sonidos despertar al pueblo. Eran travesuras de muchacho que hacían del hijo de Cruz María a un bellaco que hacía maldades y cometía pecados capitales que eran cuestionados por la gente de su pueblo Los Robles. Generalmente terminaba citado su padre Erasmo a la Jefatura del Pueblo y era una pela segura para el ciclista fugaz. En otra oportunidad se le ocurrió traer más de 100 burros de Guacuco al arenal de la Plaza de Los Robles para alborotar a la comunidad con esta travesura juvenil y nuevamente le salió citación. Pero el primo Erasmito era tan intranquilo que en una oportunidad cuando llegaron los primeros boys scouts a Los Robles le hizo una trampa con varios muchachos para ensuciarle el uniforme de charco sacado de la pila y eso terminó en trifulca con el primo Erasmito preso e incomunicado.
Eran tan inquieto Erasmito que en una oportunidad cuando le decomisaron la bicicleta por estar cogiendo ciruelas en el terreno de los Rosas al lado de Escuela “Víctor Cedeño”, se le ocurrió pedir unos metros de pita a su tío el Negro Chocolate y llevar las vacas de los Rosas a la Prefectura para que le dieran su bicicleta. Al final la disputa terminó tablas porque las vacas de los Rosas se comían las matas de Jesús Brito. De Erasmito se conocen tantas peleas en galleras y bares que habría que dedicar un libro completo de sus tantos careos y dicen que de esa estirpe nació Dilcimer Brito, campeona de este continente con todos los lauros de las competencias del Karate y orgullo de Los Robles, de Margarita y de Venezuela. Esas actuaciones de la campeona le ha dado grandes alegrías al primo que todavía batalla por la vida y este es un homenaje para este guerrero roblero en este mes de octubre y de la Virgen del Pilar.
Pero Erasmito Brito desarrollo otras habilidades como la cría de gallos y la fabricación de espuelas que las hacía de parape, cacho e’ chivo y de otros materiales. Por eso se especializó en armador de gallos en cada competición de plumíferos donde el armador jugaba un papel importante a la hora de ganar el combate donde se apostaban muchos bolívares. Por eso cada gallero se buscaba a Erasmito Brito para que le armara su gallo al momento de los combates y cuando los gallos ganaban le salía su buena tajada por haber contribuido al triunfo. También su hermano Frank Luís aprendió junto a él los aprendizajes gallísticos de sus tíos Jesús Brito, Chindo y Bernardo que eran tres galleros de alta factura que se jugaban el pellejo en esa cría de gallos de pelea y que eso les dio fama de galleros de primera.
En el oficio de barbero también logró grandes espacios Erasmito Brito lo que permitió que le cortara el pelo a muchos pobladores, pues es evidente que su fino pulso le hizo merecedor del respeto de sus coterráneos, pues combinaba sus aprendizajes del tuseo de los gallos y del corte de pelos de los pobladores de Los Robles.
Ahora cuando vimos a Dilcimer Brito su hija coronando victorias importantes en los tatamis del mundo y ganándole a japonesas con mucho más nivel que ella, se me ocurre pensar que esa joven se transformaba en ese bellaco, su padre que hizo muchas peleas en las calles de Margarita y que se ganó el respeto de sus competidores desde La Guamachera hasta Zaraza.
En sus correrías amorosas al primo Erasmito se le adjudican varias historietas como la de haberse llevado a Loña en su bicileta que era su vehículo de transporte y se instalaba en una camioneta vieja que quedó abandonada en los caminos boscosos entre Los Robles y Playa Moreno. Ahí se instalaba Erasmito como en un motel a tejer su paso amoroso por las experiencia del mundo. A eso decían los viejos de la época cuando les venían a contar los cuentos del hijo de Cruz María “Esa son vainas de Erasmito”.
Ahora ya retirado de las galleras, de las fábricas de espuelas y de las batallas del alcohol bajo de la Matica de Los Robles, donde las payasadas políticas le permitieron a uno de sus primos cultivar el poder por 20 años sin hacer nada por el desarrollo de su pueblo. Pero esos son los cuentos que hacen crueles a los pueblos porque se le va la lengua a sus amigotes para sostener que dejó tuerto a más de uno e hizo muchas riquezas a fuerza de reclutar locos y enfermos para burlarse de sus llagas humanas. Por eso Dios le cercena las bondades a los hombres que viven de la burla y del odio milenario.
De la Matica quedaron huellas escritas que solo Francisco Carite, Tico Ramos y Beltrancito Brito pueden contar de lo que se dijo bajo los efectos del alcohol y las patanerías de políticos sin profundidad. De esos cuentos de caminos fue testigo Erasmito Brito que tiene historias a granel vividas en las galleras del país y en sus experiencias de las muchachadas, de la barbería, de los juegos de gallos y envite y azar, del ciclismo y de la fabricación de espuelas. Eso sin meter las campañas de las que formó en la parte política en La Guaira y de sus experiencias en la Margarita de antaño.
Por eso el Erasmito calculador y bellaco todavía infunde respeto y recorre las calles de su pueblo con el honor y la dignidad de un gallero retirado, pero con la fama de un bellaco que supo sembrar casta de campeones en Dilcimer Brito que siguió los pasos victoriosos de un hombre nacido para triunfar.