Todo cuanto contiene una casa, desde la recopilación de objetos decorativos hasta los secretos y recuerdos que en ella se esconden, debe permanecer seguro y estar protegido.
La seguridad es vital en todo momento y en cualquier parte, pero si se trata de seguridad doméstica su necesidad es indiscutible. El mercado cuenta con distintos sistemas de seguridad con los que impedir el robo de objetos de valor o incluso una irrupción no autorizada en el hogar. En esa línea, tanto las cajas fuertes como las alarmas domésticas son un elemento indispensable para el bienestar y la seguridad en casa.
La importancia de la seguridad en el hogar
El hogar, con toda la carga de emocionalidad y significancia que el solo conjuro de su nombre conlleva, es uno de nuestros bienes mas preciados. Todo cuanto contiene una casa, desde la recopilación de objetos decorativos cuya presencia traslada a otro espacio memorial, y hasta los secretos y recuerdos que en ella se esconden, debe permanecer seguro y estar protegido. Por no hablar de la propia seguridad de quienes habitan la vivienda. Y es por ese motivo que cabe recurrir a servicios y productos especializados, cuya capacidad en materia de seguridad y protección otorguen al hogar la despreocupación que necesita.
Las cajas fuertes: El valor a buen recaudo
Cuando un ladrón irrumpe en una casa su primer objetivo es el de registrar todas y cada uno de sus muebles y alacenas hasta dar con los objetos de valor. Lo ideal para evitar este tipo de hurtos no consiste en esconder mejor dichos objetos, sino en almacenarlos debidamente en un lugar seguro como una caja fuerte. De hecho, los expertos recomiendan estas cajas fuertes, de distinta tipología y capacidad, por dos motivos. En primer lugar, la existencia de un código de apertura. Y en segundo lugar, su peso. Dado que, en caso de no descifrar la combinación de dígitos correcta, el ladrón se encontrará con un problema de transporte debido al peso de la caja.
Una caja fuerte es un compartimento reforzado y de apertura restringida a personas autorizadas que sirve para guardar objetos o documentos de valor. Casi inseparables de la historia de la seguridad del ser humano, este tipo de cajas goza de muchísimas variantes. Desde cajas fuertes destinadas al almacenamiento de armas y equipos informáticos, hasta pequeños compartimentos para llaves u otros útiles de pequeño tamaño. A pesar del cliché que confiere a la caja fuerte una llave o una rueda numerada con la que introducir el código de seguridad, la realidad es que hoy existen con codificación numérica, bloqueo horario e incluso huella dactilar.
Se trata de un elemento de seguridad ideal para personas que pasan mucho tiempo fuera de casa, o que cuentan con servicio doméstico, y su precio varía según el tipo de dispositivo. Existen cajas fuertes de 14L de capacidad y cerradura electrónica por menos de 50€ en Amazon, contando también con modelos valorados en miles de euros. Fabricadas mediante acero, hormigón, aluminio en polvo y fibras de refuerzo, las cajas fuertes también varían de modelo y precio según su instalación. Desde cajas de sobremesa cuyo emplazamiento resulta sencillo para dejar a la vista o esconder en un armario. Hasta cajas empotradas en el suelo o la pared con las que ocultar mejor su ubicación bajo una alfombra o tras un cuadro.
No obstante, y aunque las cajas fuertes eviten en gran medida el hurto de objetos de valor cuando un ladrón accede al hogar, existen otras opciones de seguridad con las que garantizar la protección doméstica. En este sentido, y a fin de persuadir al posible ladrón para que no delinca, las alarmas para casa son un método de seguridad increíblemente eficaz. No tan sólo debido a que la presencia de una placa informativa ya consigue disuadir al ladrón. Sino porque, además, su activación conecta directamente con la policía y su ruido alerta a propietarios y vecinos.
Ahuyentar al posible ladrón: Las alarmas para casa
Los sistemas de alarma son un dispositivo electrónico cuyo objetivo es el de advertir sobre una situación anormal, que a efectos prácticos tanto puede ser un incendio como un allanamiento de morada. Acostumbra a funcionar mediante detectores de movimiento y sensores de distinto tipo, cuya activación informa mediante sirenas externas e internas, mensajes de móvil u otros métodos al inquilino y/o a las autoridades. A menudo, la instalación de una alarma doméstica se complementa con el uso de videovigilancia, cuyo acceso en todo momento está limitado al propietario, pero cuya comprobación en el debido caso compete también a los agentes de seguridad.
La instalación de este tipo de sistemas de seguridad es francamente sencilla y, además, su funcionamiento sucede en cadena. Tras su activación, en caso de que los sensores detecten algo fuera de lo normal, la centralita recibe una señal y la reenvía a una central receptora de alarmas. Tras ello, un especialista se encarga de revisar las imágenes y los datos registrados por los sensores o las cámaras, contactando al mismo tiempo con los inquilinos del hogar. De no tratarse de un error o una confusión, dicho encargado llama a la policía o a la autoridad competente para resolver la situación lo más eficaz y rápidamente posible.
Los sensores de una alarma para casa pueden distinguirse entre dos funciones. Por un lado, existe un modo total con el que activar todos y cada uno de los sensores, hallando su utilidad cuando nadie está en casa. Por otro lado, el modo parcial tiene como objetivo funcionar en determinados puntos del hogar, a fin de no activarse indebidamente si, por ejemplo, uno de los inquilinos se levanta por la noche a tomar un vaso de agua. Evitando así el alboroto de una falsa alarma. En definitiva, un sistema completo, útil e interconectado con el que poder garantizar una mayor seguridad doméstica sin apenas esfuerzo.
Vía Panorama