En un año normal, el Sambódromo de Río de Janeiro se prepararía para el Carnaval más famoso del mundo, pero faltando una semana para lo que debería ser su inicio, el recinto está convertido en un centro de vacunación.
La típica y magestuosa celebración se mantiene en suspenso hasta el próximo año mientras Río lucha por sofocar un rebrote de casos de COVID-19.
La alcaldía de Río abrió el sábado un centro de vacunación en el Sambódromo, aprovechando su diseño para hacer que adultos mayores puedan hacer fila sin bajarse de sus autos, en una amplia avenida construida para el paso de carrozas y grupos de danzantes.
Por el lugar donde desfilaban carrozas, ahora solo desfilan carros con ciudadanos impacientes por recibir su vacuna. Foto: AP
“La vacuna representa la esperanza de mejores días, de volver a la normalidad, hacia lo que hacíamos antes”, dijo Machado.
El gobierno de la ciudad de Río suspendió oficialmente el Carnaval y advirtió que no tolerará a quienes intenten celebrarlo con desfiles callejeros o fiestas clandestinas, diciendo que estará monitoreando las redes sociales para detectar a los infractores.
Paes, que participa a menudo en el desfile en el Sambódromo, pidió a los ciudadanos que respeten las reglas y que no paguen entradas para fiestas que no estarán permitidas. “Es un juego del gato y el ratón, donde castigaremos a quienes quieran fiesta”, dijo el alcalde.
AP