NASA completó con éxito el jueves 18 de marzo una prueba estática clave de motores del cohete SLS que había tenido problemas, anotando una victoria para la agencia mientras se prepara para regresar a la Luna.
En la segunda prueba de «hot fire», los cuatro motores RS-25 del cohete -cada uno del tamaño de un automóvil- se encendieron simultáneamente a las 4:40 pm, hora del este de Estados Unidos, durante ocho minutos, produciendo un máximo de 1,6 millones de libras de empuje (7,1 millones de newtons).
Produjeron una inmensa nube de humo, bajo un ruido ensordecedor, en el Centro Espacial Stennis, cerca de la Bahía de San Luis, Misisipi.
«Los aplausos dicen mucho sobre cómo se siente el equipo», dijo Bill Wrobel, un funcionario a cargo de la prueba, durante una transmisión en vivo luego de que los presentes en la sala de control comenzaran a aplaudir. «Se ve bastante bien en este momento», agregó.
El éxito de la prueba es un alivio para la NASA después de que un test anterior con el cuerpo principal del cohete, de 212 pies (65 metros) de altura, en el Centro Espacial Stennis se interrumpió en enero.
La NASA emitió una declaración después de esa prueba que decía que «no se requerían reparaciones importantes», luego de que los motores se apagaran solo un minuto después del encendido.
La prueba del jueves era necesaria para recopilar datos sobre cómo se comporta el cuerpo principal del cohete SLS (Sistema de Lanzamiento Espacial) durante operaciones críticas, como acelerar los motores hacia arriba y hacia abajo, moviéndolos en una variedad de patrones.
Los tanques del cohete se llenaron con 2,6 millones de litros de hidrógeno líquido y oxígeno líquido, que cuando se quemaron envió una enorme columna de vapor de agua hacia el cielo.
NAD