La realidad de los estudiantes neoespartanos que estuvieron bajo el cobijo de la Fundación “Jesús Manuel Subero” resulta inimitable al compararlo con los improvisados mandatos de la entrega Ño Pernaletiana de una beca a los estudiantes que estén con el Gobernador y solo con él. Por eso cuando vimos la falla estructural de “Somos Nueva Esparta” al dejar guindando a los estudiantes de Unimar solo porque muchos no comparten la candidatura del fracaso en la región, entendimos que realmente esta gente que gobierna Nueva Esparta están alejados de la realidad universitaria nacional.
Esa visión distorsionada del hecho académico insular no fue copiada de FUNJEMASU porque en la gestión de Morel Rodríguez Ávila no se entregaban las becas en una mesa con látigo en mano. No señores, así no era porque había un Consejo Consultivo formado por los rectores y decanos de las universidades regionales que eran los evaluadores de las credenciales de cada estudiante. Era un proceso serio donde cada expediente pasaba por las manos de las autoridades universitarias y se discutía la entrega de las becas que al final se le daban a los estudiantes de la región sin importar la filiación política, el credo o la religión. Y si quieren saber como se realizaban los eventos que consulten a Martín Velásquez de la UDO, a Gerardo Aponte de Unimar y a tantos decanos que formaron parte del desarrollo académico de Nueva Esparta.
Eran tiempos cuando los estudiantes recibían su pago por consignación bancaria y con su tarjeta de débito se le daba dignidad académica a una actividad que buscaba paliar la crisis económica de los estudiantes de la región. Nunca hubo la necesidad que las universidades reclamaran el pago a la Gobernación porque siempre se pagó a tiempo para evitar complicaciones y angustias a los estudiantes y a sus familiares.
Ahora cuando vemos el reclamo público de grupos estudiantiles como Unión Unimarista, Esperanza Unimarista, Soy Unimar y Adelante Unimar que realizaron denuncias para reclamar la funcionabilidad de las becas universitarias “Somos Nueva Esparta” que no realizaron el prenombrado pago del proyecto social.
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Llegar a ese extremo de humillación estudiantil es parte de la irresponsabilidad de los que planifican la gestión social en Nueva Esparta. Por eso los estudiantes en un comunicado público dejaron al desnudo la escasa gerencia de la gobernanza ruyida por la desorganización y la improvisación. Solicitaron ampliar el lapso de pagos, suspender el cobro de deudas establecidas a los becarios, reembolsar el dinero a los becarios que han pagado y realizar el pago de las becas “Somos Nueva Esparta”. Con ese reclamo público quedó fuera de lugar cualquier intento por enmendar la situación de mala paga de la gente del Gobierno Regional.
Dejar en el limbo a centenares de estudiantes deshonra al movimiento estudiantil y deja mal parada a la primera autoridad del Gobierno de Nueva Esparta. Esa falta de pagos atenta contra la vida estudiantil de los universitarios y a la misma universidad que ve comprometido su presupuesto por la irregular forma de pago y el incumplimiento de la responsabilidad gubernamental.
La presión sobre los estudiantes becados al coaccionarlos y obligarlos a asistir a actos políticos y proselitistas y que bajo amenazas de quitarle el beneficio de la beca y hasta excluirlos de las becas por negarse a apoyar al actual Gobernador es parte de las conductas alejadas de la responsabilidad ciudadana con esas barrabasadas le hicieron perder credibilidad al proyecto social y lanzaron al cesto de la basura la propuesta que en principio solo era una mala copia de lo que fue el Modelo Funjemasu en el gobierno de Morel Rodríguez Ávila.
La idea loca de recibir a los becarios en un acto proselitista tratando de promover a la Primera Dama como la candidata de Mariño fue un acto coercitivo e inapropiado que aleja a los estudiantes de un gobierno que los presiona, los obliga y los coacciona a votar por quién la concede la beca. Esa situación alejada de la verdadera esencia universitaria incita a la desobediencia de jóvenes que no aceptan imposiciones a cambio de una dádiva que no puede castrar su pensamiento a cambio de migajas del poder.
Ese tipo de conducta alejada de lo académico lleva a los estudiantes a usar su rebeldía y su libertad de conciencia para elegir al candidato que garantice el progreso y el futuro para Nueva Esparta. Es por eso que el Modelo FUNJEMASU le quedó grande a quienes se limitaron a imitar una propuesta que dejó huellas enormes en la historia estudiantil de Nueva Esparta. Por eso recordamos aquellos actos en el Gimnasio “Verde Rojas” de La Asunción o el realizado en la sede de la Universidad Bolivariana en Porlamar, donde estudiantes de distinta ideología política recibieron los beneficios de la beca FUNJEMASU sin imposiciones de ninguna naturaleza.
No se le olvidará a los estudiantes la imagen distorsionada de la figura que recibía los documentos y el mensaje de presión para obligarlos a recibir ideas políticas alejadas de la democracia y vendidas al alacranazgo populista de los adeptos de Bernabé Gutiérrez.
El golpe certero de los cuatro movimientos estudiantiles “Adelante Unimar”, Unión Unimarista, Esperanza Unimarista y Soy Unimar dejaron bien claro que no se dejan intimidar y menos presionar por quienes creyeron que entenderse con estudiantes era simple y terminaron empastelados y reculando para poder pagar la deuda con la Universidad de Margarita.
Queda clara la lección de FUNJEMASU y obliga a los imitadores a usar mejores técnicas y planteamiento serios que eviten quedar tan malparados ante la clase estudiantil insular. Y por supuesto les hace comprender que a la clase estudiantil ni le gusta que los presionen y menos que los obliguen a militar en movimientos políticos descompuestos y pasados de moda.
Manuel Ávila