Los países de América Latina y de la península ibérica pidieron este miércoles «la distribución urgente y equitativa de vacunas» contra el coronavirus, en una cumbre semipresencial que tuvo lugar en Andorra.
En la declaración final aprobada al cierre de la Cumbre Iberoamericana, los gobiernos de la región pidieron «que el acceso, la compra y la distribución de las vacunas (…) sean universales» y se evite «el acaparamiento» de las dosis por parte de los países ricos.
El documento, consensuado en una cita en la que la mayoría de los mandatarios latinoamericanos participaron de forma telemática, solicita «que se propicie la distribución urgente y equitativa de vacunas seguras y eficaces (…) para lograr que sean un bien público de cobertura universal».
La llamada se produce en un momento crítico para América Latina, la segunda región más enlutada del mundo con más de 873.000 fallecidos: cuando ha vacunado a menos del 10% de su población, vuelve a vivir una situación sanitaria grave, con récords diarios de muertes y contagios en varios países.
La declaración pidió también dar un impulso al programa Covax, una asociación pública-privada entre la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Alianza de Vacunas (GAVI) y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) para garantizar una distribución equitativa de las vacunas.
Pensando en la recuperación poscoronavirus en una América Latina que vio su PIB desplomarse un 7% en 2020 y sus indicadores en pobreza y pobreza extrema perder décadas de avances, la declaración solicitó fortalecer los organismos multilaterales de financiamiento, para permitir un «acceso justo e inclusivo a mecanismos innovadores y efectivos de financiación» para la región.
También llamó a «flexibilizar los criterios de elegibilidad» de las instituciones financieras internacionales y «evaluar la mejor manera de ampliar los instrumentos para incrementar la asistencia financiera, técnica y tecnológica».
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